JUSTIFICACIÓN BIBLICA SOBRE LA CONSTRUCCION DE NUESTRO TEMPLO

Hoy 19 de abril de 2021 compartimos la alegre noticia de iniciar la construcción de nuestro templo contemplando el fruto de la oración constante en estos años a San José y se da justo el inicio en este año Josefino.
Nuestro templo será una bella pieza arquitectónica que tiene todo un sentido teológico, pastoral, espiritual y que iremos explicando brevemente:
- Juan 13:1-20. Está fundamentado sobre doce columnas que hacen recordar a nuestros apóstoles quienes son fundamento de la iglesia, el numero doce no fue una coincidencia. Jesús escogió a doce apóstoles, porque su plan incluía la renovación completa de Israel. Los doce jefes de las tribus de Israel iban a ser sustituidos por los doce apóstoles judíos que guiarían a Israel hacia un futuro renovado definido por la redención. El les dio toda la autoridad necesaria para gobernar, recibirlos a ellos significaría recibir a Jesús al igual que recibir a Jesús significaba recibir al Padre. Se deduce entonces que cualquiera que recibe a uno de los doce apóstoles recibe al mismo Dios.
- Génesis 7. Desde el Presbiterio se verá un barco al revés que nos hace pensar en el antiguo testamento cuando Noe salvo a los animales y hoy esa barca es la iglesia que es llevada y guiada por Cristo a través de este mar que es nuestra sociedad y nuestra comunidad. También a esa barca la sopla el Espíritu Santo, las velas sienten ese empuje, el timón se mantiene firme desde la Fe de una iglesia milenaria y siempre joven. En el horizonte un banquete: El cordero que ha dado su sangre para que entremos con Él, vencedores, en la gran fiesta de los cielos. Porque la barca, porque a pesar de las tormentas y dificultades sigue su travesía, no dejan de arremeter contra ella, pero se mantiene firme, unos sucumben, otros se levantan y vuelven, vuelven a formar parte de ese rebaño. “No temas” dijo Jesús a Pedro y nos lo dice a nosotros cada día a través de su palabra que siempre es novedad, a través de su compañía en cada eucaristía, en cada adoración, en cada milagro del día a día. “No temas” escuchamos dentro de nuestras almas. En la barca no caminamos apoyados por seguridades humanas al contrario se robustecen las rodillas vacilantes es con la fuerza que viene de lo alto y que siglo tras siglo nos ha permitido navegar seguros, hasta llegar a ese Jerusalén celestial.

3. En la parte del altar mayor tendremos una cruz que representara con sus vidrios rojos el martirio de todos aquellos que entregan su vida por la paz, la misión, recordando a nuestro Beato Jesús Emilio Jaramillo Patrono de nuestra Parroquia, quien sin miedo lucho siguiendo los pasos de Jesús siendo voz de los más débiles, de los marginados, de los olvidados. En estos tiempos que atravesamos tan difíciles aun con tanta violencia este martirio y mártir debe hacer eco en nuestros corazones y nos debe motivar a ser instrumento en todo tiempo de paz, de dialogo, de amor, y que nuestro templo sea siempre un lugar de puertas abiertas, de unidad, donde cabemos todos sin distinciones de ningún tipo pues el amor de Dios es para los que mas lo necesitan como todo el mensaje de amor que encontramos por parte de Jesús a través de la palabra.

4. Mateo 27:33-50. Hay tres montañas en la parte superior que representan el calvario, tres espacios, allí esta Cristo que teniendo que haber pasado por tanto sufrimiento, humillación, dolor, soledad, angustia, supero todo esto al amor de Dios por nosotros, el amor de Jesús por el Padre y por nosotros, pero sumado al amor, la obediencia, humildad y tener presente como único bien la voluntad de Dios. Cumplir la misión a la cual fue llamado como debemos hacerlo todos nosotros escuchando en todo momento la voz de Dios.

5. Tendremos un espacio pequeño que se llamará Getsemaní que será nuestro oratorio, este oratorio tendrá vista hacia un bosque de árboles donde con la tranquilidad de la naturaleza nos encontraremos a solas con el señor en la profundidad de la oración personal. Getsemaní porque el Señor lo usaba frecuentemente como su lugar de retiro favorito para orar a solas. Fue allí donde Jesús paso largas horas a solas en oración sufriendo su agonía, antes de ser arrestado para su crucifixión.

6. 1° de Corintios 12:4-6. “Hay diversidad de Carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de actividades, pero es el mismo Dios que actúa en todas ellas”. Las ventanas permitirán que, entre luz por todas ellas de diferentes colores por los vitrales decorados, luz, esperanza, mucho color. Esto representará los diferentes Carismas propios de la iglesia los cuales la enriquecen gracias a la acción del Espíritu Santo. En el bautismo recibimos los cristianos los “Dones del Espíritu Santo” y en otros sacramentos. El Espíritu Santo los concede a quien quiere, con lo que capacita y dispone para asumir algunas obras y funciones específicas, siempre para el bien común.
Las puertas son un recuerdo propio del Padre Pablo Bustamante, es estilo de puerta árabe que le recuerdan su formación sacerdotal en el seminario de Toledo España donde confluyen tres culturas espirituales y tres religiones: Judaísmo, Islamismo y el Cristianismo en una unión de experiencia de Dios.

En la puerta central encima habrá un rosetón Mariano recordando que la Virgen María también es puerta, por medio de ella llegamos a Jesus por su intercesión, por su si se reproduce la encarnación.
La Virgen María es mediadora, es puente tendido entre la tierra y el Cielo, entre los hombres pecadores y el Dios misericordioso. A Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene la puerta abierta para entrar al cielo.
8. Otro rosetón estará ubicado encima del altar que representara y recordará la acción del Espíritu Santo actor principal de los Sacramentos, estará la imagen del Espiritu Santo. Jesucristo nos trae la Gracia Divina, la Gracia del Espíritu Santo, que tiene el poder de santificarnos, es decir, de lavarnos de nuestros pecados y darnos la posibilidad de responder a nuestra vocación y destino. Contra la inclinación al mal que resultó del pecado, la Gracia Divina nos permite obrar el bien. Fuente de la verdad y principio vital de la identidad de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, el Espíritu Santo es también fuente y principio de la vida sacramental, mediante la que la Iglesia toma fuerza de Cristo, participa de su santidad, se alimenta de su gracia, crece y avanza en su peregrinar hacia la eternidad. El Espíritu Santo, que está en el origen de la encarnación del Verbo, es la fuente viva de todos los sacramentos instituidos por Cristo y que la Iglesia administra. Precisamente a través de los sacramentos, él da a los hombres la «nueva vida», asociando a sí a la Iglesia como cooperadora en esta acción salvífica. 1° Corintios 12:13, Juan 1:33, Mateo 3:11, Juan 3:5-7.

9. De la cruz Central mirando de frente del altar a mano derecho, donde esta la pila bautismal, me recuerda que del costado abierto de Jesus en la cruz mano agua, broto el sacramento, el agua que purifica. El Bautismo «es el más bello y magnífico de los dones de Dios […] lo llamamos don, gracia, unción, iluminación, vestidura incorruptibilidad, baño de regeneración, sello y todo lo más precioso que hay.
Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios» (San Gregorio Nacianceno, Oratio 40,3-4). (Catecismo de la Iglesia) Vatican.va.
10. Al lado izquierdo esta el sagrario, Cristo en su cruz y desde el altar mana corrientes de agua y de su corazón sangre que es la sagrada Eucaristía, su presencia viva y real con nosotros. Recordamos su sacrificio en la cruz para nuestra salvación. La Eucaristía sacramento esencial para encontrarnos con Jesús, crecer en nuestra fe, mantenernos en gracia, conservar permanentemente nuestra amistad con Jesús y con el Padre. El Sagrario o tabernáculo es el recinto en las Iglesias católicas destinado a la reserva de la Eucaristía. En ese Tabernáculo o sagrario, habita Jesús. ¿Por qué? Porque las formas sagradas son el cuerpo de Jesucristo VIVO.
“Es preciso adorar devotamente a este Dios escondido: es el mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que padeció, que fue inmolado en la Cruz; el mismo de cuyo costado traspasado manó agua y sangre”. (San Josemaría Escrivá de Balaguer).
Desde el sagrario Él te ve, te escucha y llena de gracias.Te da la fortaleza que necesitas para superar las adversidades de la vida y no caer en la viejas tentaciones.
(Mt 26:26-28; cf. Mc 14:22-24, Lc 22:17-20, 1 Co 11:23-25)
La Iglesia se congrega para recordar y reactualizar el sacrificio de Cristo, en el cual participamos por la acción del sacerdote y el poder del Espíritu Santo. Mediante la celebración de la Eucaristía, nos unimos al sacrificio de Cristo y recibimos sus inagotables beneficios.
Por su Presencia Real en la Eucaristía, Cristo cumple con su promesa de estar con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28:20). Como escribió S. Tomás de Aquino, “Es la ley de la amistad que los amigos deban vivir juntos. . . Cristo no nos ha dejado sin su presencia corpórea en este nuestro peregrinaje, sino que nos une a él en este sacramento en la realidad de su cuerpo y su sangre” ( Summa Theologiae, III q. 75, a. 1). Con este don de la presencia de Cristo en medio de nosotros, la Iglesia es verdaderamente bendita. Como Jesús dijo a sus discípulos, refiriéndose a su presencia entre ellos, “yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron” (Mt 13:17). En la Eucaristía, la Iglesia a la vez recibe la ofrenda de Jesucristo y da profundas gracias a Dios por tal bendición. Esta acción de gracias es la única respuesta adecuada, pues mediante esta ofrenda de sí mismo en la celebración de la Eucaristía, bajo la apariencia de pan y de vino, Cristo nos da la ofrenda de la vida eterna.
Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. . . . Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. (Jn 6:53-57)

Seguimos en las manos de Dios, de nuestro Señor, Nuestra Virgen María, San José, Beato Jesus Emilio Jaramillo, para culminar esta buena obra que Dios comenzo con ustedes, conmigo como su Parroco, con su gracia nos brinde la culminación de la misma.
Esta obra es un reto y una oportunidad emocionante para con nuestros carismas demostrarle a nuestro Señor el gran amor que le sentimos y hacernos instrumentos y piedras vivas en la construcción del templo, mostrando asi que somos instrumentos suyos que dia dia dejamos huella no solo material sino espiritualmente pues seremos legado para muchos que atravesaran estas puertas santas.
Los invito a seguir activamente mediante la oración pidiendo a Dios sus bendiciones para que este sueño de comunidad se haga posible y podamos muy pronto celebrar la culminación de un lugar digno para Dios, de un lugar digno para nosotros, para ese encuentro diario con Jesus Eucaristia y sea motivo de muchos acontecimientos milagrosos para cada uno de nostros en nuestras vidas.
Los invito tambien a seguir participando con su generosidad y buena voluntad a traves de donaciones materiales, monetarias de vital importancia para ver los frutos del proyecto de construcción. Que sea el señor incentivando los coraznes de ustedes los fieles para sembrar abudantememente en lo que sera la casa de Dios en el suelo para llegar a ese encuentro con él en la casa del Cielo.
“Construyendo comunidad pastoral… Construyendo Iglesia”.
¡Gracias por dar generosamente para el futuro de la Parroquia Beato Jesús Emilio Jaramillo!
“Cuando dés, dá generosamente y no con corazón mezquino: por esto, el Señor, tu DIOS, te Bendicirá en todas tus obras y trabajos”. Deutoronomio 15:10